Las empresas están en constante adaptación. La globalización ha creado un mercado común en el que firmas de diferentes ubicaciones geográficas compiten entre sí por conseguir atraer la atención de los clientes. Esta demanda fluctuante les obliga a contar para el almacenamiento de su información más delicada con centros de datos cuya escalabilidad sea el centro de todo, es decir, que se adapten a esos cambios y que sepan ajustar con rapidez sus servicios ofrecidos a la realidad del momento.
Una de las pocas infraestructuras con escalabilidad es la de KIO España. Esta nació para satisfacer la demanda de soluciones flexibles y económicas en el mercado cloud. “Las empresas evitan hacer grandes inversiones iniciales y prefieren pagar solo por lo que usan. Este modelo permite a los clientes escalar según sus necesidades reales”, indica Laura Castaño, Chief Operating Officer de KIO España, quien resalta que todos “nuestros servicios” pueden ajustarse según las necesidades de nuestros clientes. Si una empresa requiere más capacidad de procesamiento, almacenamiento o ancho de banda puede ampliar sus recursos de manera ágil e inmediata. De la misma manera, puede reducirlos cuando la demanda disminuya sin permanencia”, indica.
Esta escalabilidad es una de las cualidades que nuestros clientes más valoran, porque eso les permite reducir sus costes (solo pagan por lo que usan), aumentar su flexibilidad y agilidad, disponer siempre de alta disponibilidad con garantía de uptime y redundancia, optimizar su operativa sin necesidad de invertir en una infraestructura propia que quede anticuada en poco tiempo y ampliar su seguridad y su cumplimiento de la normativa actual al contar con un DC certificado conforme a los estándares internacionales.
Preparados para los cambios
Esta escalabilidad no es casualidad. Para disponer de escalabilidad se requiere tener una infraestructura de virtualización que permita la creación de recursos bajo demanda. Esto implica redes de alta capacidad con switches y routers eficientes para gestionar el tráfico, el almacenamiento debe ser flexible, mediante herramientas como SAN o el definido por software, y la computación tiene que ser elástica, permitiendo agregar recursos según lo que se necesite, como servidores y GPUs. Todos estos elementos, junto a una gestión automatizada por herramientas digitales como Kubernets, por ejemplo, son aspectos con los que contamos y que nos permiten, junto a sistemas de refrigeración y energía redundantes, asegurar la estabilidad de la infraestructura, adelantándonos a todo lo que pueda demandar aquellos que confían en nosotros.
Otro de los aspectos que nos permite ofrecer este servicio es la previsión de necesidades. De manera frecuente realizamos un análisis detallado del uso histórico de recursos y la proyección de cargas de trabajo futuras. Para ello, utilizamos herramientas de monitoreo que recogen datos sobre el rendimiento y la utilización de recursos en tiempo real, lo que permite identificar patrones y prever picos de demanda. “A partir de esta información podemos determinar cuándo vamos a requerir servidores, almacenamiento y capacidad de red. Además, trabajamos con los socios para anticipar sus necesidades y ajustar lo que les ofrecemos según sea necesario”, subraya Castaño.
Nuevos avances
Este servicio de escalabilidad nos hace diferentes. La combinación de nuestra estructura certificada, la personalización de servicios, el modelo de pago por uso flexible y el compromiso con la innovación tecnológica son factores que nos han posicionado como un referente en el sector.
Pese a los avances que hemos conseguido, no nos queremos quedar aquí y seguimos impulsando instrumentos en esta línea que nos sigan ayudando a amoldarnos aún más a las necesidades de nuestros clientes. Por ello, estamos trabajando en una herramienta propia que simplificará y agilizará aún más nuestra escalabilidad gracias a la provisión automática de recursos para nuestros clientes.